En mitad de la noche, cuando la ciudad duerme
desde lo alto de mi refugio, refugio exterior de lo interior
donde encuentro paz, sosiego
me siento libre y liberado, de la carga que tanto pesa
allí donde logro pensar con claridad
ser yo, a solas conmigo mismo
donde, cuando ya no puedo más, encuentro fuerzas para seguir
y todo tiene una nueva perspectiva,
una nueva luz, en la que no había reparado
el lugar en el que cuando lloro, mas profundo es el desahogo
y las miradas indiscretas no alcanzan,
donde respiro, me oxigeno
y mi alma vuelve a expandirse, a ocupar todo mi cuerpo,
proporcionándome valor, para la siguiente batalla
y mis heridas sanan mas rápidamente
es aquí donde lo relativo, se torna absoluto
y lo realmente importante prevalece por encima de todo.
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