Promesas Que No Valen Nada

Sabe dios, que prometí no regalar mi amistad incondicional nunca más, por que cuando tu estás ahí para alguien, sin importar ni el cuando ni el donde, y cuando ellos no están para ti, es esa la mayor de las decepciones, la que más duele, más adentro.

Sabe dios, que me prometí no volver a sufrir nunca más por nadie, que no fuera yo, que solo yo sería importante, y el resto, la nada.

Esto fue lo que me prometí antaño, y lo que rompí, y como entonces, vuelvo a prometerme, para volverlo a romper no se cuando, por que la historia siempre se repite, como los tropiezos en la misma piedra, como las promesas que no valen nada.